DISCURSO INAUGURAL DEL 8° CONGRESO DE LA CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES
Santiago de Chile, Abril del 2008
Estimadas compañeras, estimados compañeros: La Central Unitaria de Trabajadores heredera de la antigua CUT, se reconoce como representante legítima de las más profundas tradiciones de la clase trabajadora chilena. Inspirada en ellas, busca representar los anhelos y esperanzas de los hombres y mujeres de trabajo dehoy y mañana. Desde la fundación de la CUT y su refundación en agosto de 1988, hasta hoy ha pasado mucha agua bajo los puentes. Han sido años de victorias y derrotas. Años de dolor y de tristeza, de dictaduras yamarguras, de avances y retrocesos. De ponerse, pie para volver a empezar.
Pero aquí esta la CUT. De pie, en busca de su objetivo histórico de construir una sociedad justa, libre y más igual. En este nuevo contexto busca representar las aspiraciones de los trabajadores y trabajadoras ante las estructuras institucionales y políticas de la sociedad chilena. Una sociedad que se ha organizado para el servicio del gran capital, fomentando la concentración de la riqueza y profundizando las desigualdades sociales, la exclusión y la falta de oportunidades para amplios sectores del pueblo. En los últimos años, nos dimos la tarea de recuperar y de instalar al movimiento de los trabajadores organizados y ganar un espacio para nuestros derechos. No ha sido fácil volver a recoger el legado de lucha sindical de un sindicalismo que dio históricas batallas, pero que fue profundamente herido por la dictadura militar, la derecha golpista y el
imperialismo de la época.
Tampoco ha sido fácil enfrentar la avasalladora propaganda del modelo y de aquellos que querían hacernos creer que los cambios ocurridos, dejaban obsoleta la idea sindical y que señalaban que había que dedicarse a otra cosa. Hoy podemos decir que ni la fragmentación del trabajo, ni los intentos divisionistas, ha podido avasallarnos.
Aquí estamos otra vez, construyendo nuestro movimiento sindical y fortaleciendo nuestra herramienta que es la CUT. Aquí estamos dando pasos hacia la unidad real. Hacia la unidad en torno a un proyecto común para los trabajadores y trabajadoras de Chile. Se trata de una forma de mirar, sentir y pensar la sociedad en la cual a los hombres y mujeres de trabajo nos gustaría vivir. Un proyecto político sindical que no sólo busque reivindicar derechos laborales, si no también trabajar para construir una sociedad para todos y todas. Una sociedad donde el trabajo y las personas sean respetados y valorados, y donde la economía deje de ser un fin en sí mismo.
En un nuevo contexto histórico difícil y lleno de complejidades. Donde el capital es el amo y señor. Donde es más ciudadano el que tiene más para consumir. Donde la ideología del mercado pasa por sobre todo bien común y con su crueldad, atropella valores y principios y las personas pierden hasta su dignidad. Nuevamente, hemos empezado construir los sueños y esperanzas en los que se inspiraron quienes antes estuvieron. Bajo el lema de un Estado Democrático, Social y Solidario, nos hemos convocado esta mañana. Están aquí los representantes de los trabajadores de sur a norte de Chile, para hacer un debate que nos entregue elementos para crecer y fortalecernos. Para ser más eficientes en la consecución de nuestra agenda y comenzar a ganarnos un espacio en la sociedad. Para promover nuestra demanda por un Chile más justo, más solidario y más democrático.
La CUT es una organización sindical y política, y trabajamos por construir un sindicalismo socio-político, que asuma al trabajador en todo lo que lo afecta como miembro de la sociedad. Aspiramos a que cada uno de los trabajadores sea un ciudadano que ejerza plenamente sus derechos.
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Luchamos para que el trabajo y quien lo realiza sean respetados en su dignidad. Nuestro objetivo es el bienestar de los trabajadores y sus familias. Nos inspiramos en el trabajo decente, la negociación colectiva y la huelga. Porque son requisitos básicos para una verdadera democracia. Para ello, debemos impulsar los cambios que el país requiere para poder vivir en una sociedad más justa, más humana y más solidaria.
EN EL PLANO LABORAL
A pesar de algunos logros, no ha cambiado sustancialmente el cuadro de relaciones laborales, donde aún impera la cultura del autoritarismo y la negación de los derechos. La insistencia de algunos de imponer más flexibilidad laboral hasta hoy ha chocado con nuestro rechazo y han retrocedido en su afán. Pero debemos estar alerta y ratificar nuestra decisión de que el día que quieran atentar contra el fuero, las indemnizaciones o los horarios, la CUT sabrá responder con la huelga general. Las relaciones laborales se dan en un cuadro de prepotencia, maltrato laboral, bajos salarios, falta de libertad sindical y ausencia de una política distributiva de los beneficios que genera el trabajo.
El sector empresarial aún se siente amo y señor porque tiene en sus manos el dar y quitar el empleo y está protegido por poder político y la legislación. Debemos pasar a la ofensiva para exigir ahora una reforma para mejorar y ampliar la negociación colectiva. Debemos insistir en mejorar el seguro de desempleo. Fortalecer la ley de subcontrato exigiendo su plena aplicación y regular la proliferación de razones sociales, como también terminar con los despidos indiscriminados. Hemos valorado el pilar solidario de la reforma previsonal. Pero
insistiremos en la necesidad de evitar que entidades con fines de lucro sigan administrando los fondos de los trabajadores. Estaremos atentos a la puesta en marcha de la nueva Justicia Laboral. Porque ha sido también nuestro esfuerzo y nuestra lucha y esperamos que esta logre el objetivo de una justicia rápida, eficaz y gratuita para los trabajadores.
Una vez más, escuchamos quejarse a algunos empresarios de la agresividad que a veces se ha expresado en la lucha sindical. La violencia viene primero de aquellos que no escuchan e ignoran el justo reclamo de quienes están cansados de que los exploten. No se quejen tanto. Reaccionen a tiempo. Porque el que siembra vientos cosecha tempestades. Siempre hemos estamos y estaremos disponibles para el entendimiento. Pero a través de un diálogo franco con respeto y con clara intención de repartir mejor la riqueza que produce el trabajo.
Nosotros preferimos el diálogo pero cuando éste no existe o no tiene resultados, en necesaria y justa la movilización social. El desarrollo económico no puede estar basado en la explotación de la fuerza de trabajo ni construido con brazos y manos de obra barata.
PLATAFORMA DE LUCHA PARA PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA
Nos inspiramos en la democracia como sistema de gobierno y como forma de organización y de vida de la sociedad. Este es un principio básico. Porque cada vez que ésta ha estado amenazada o se ha perdido, los trabajadores hemos puesto nuestros mejores empeños por defenderla o recuperarla. En la consecución de este objetivo buscamos la profundización de la democracia para terminar con la exclusión política y social.
Trabajaremos por una nueva Constitución aprobada por plebiscito o referéndum, donde cada ciudadano vote informado y en conciencia. Seguiremos luchando por un sistema electoral más democrático y participativo.
Queremos un estado eficiente, democrático, transparente, solidario y con dimensión social. Lucharemos por mejorar la distribución del ingreso para terminar con las desigualdades entre los chilenos. Impulsaremos una reforma tributaria que grave la riqueza y a quienes extraen nuestras materias primas o contaminan. Lucharemos para que los servicios esenciales como el agua, la energía, el transporte, la educación, la salud y la seguridad social dejen de estar en manos de privados y para que el estado se responsabilice de entregarle a cada chileno esos bienes sin fines de lucro.
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EL CONTEXTO POLITICO ACTUAL
Para avanzar en los objetivos señalados se requiere de voluntades políticas como también de un mundo sindical con fuerza propia, profundamente comprometido con el país y con los derechos de cada ciudadano.
El contexto político en que se desenvuelve la vida del país es de un clima enrarecido, donde se expresan larvadas pugnas por el poder, tanto en el campo nacional como en la vida interna de cada unos de los partidos.
Chile requiere de una clase política moderna y actualizada. Que deje de buscar el poder por el poder. Hoy, ni la derecha ni la Concertación están a la altura de lo que el país requiere de su clase política. Cuando ésto ocurre es el pueblo y particularmente, los trabajadores los que sufren las consecuencias de la ausencia de un debate serio sobre los temas de fondo del país. Los trabajadores queremos caminar hacia una verdadera democracia.
Queremos partidos políticos como representantes legítimos de los ciudadanos.
La realidad política de Chile nos muestra otra cosa. Presenciamos una coalición gobernante que comienza a desmoronarse y que se aleja constantemente de las demandas de los sectores que por años han puesto su confianza en ella. Si hacemos esta crítica es porque no los da lo mismo quien gobierne el país. Pero más que Concertación hoy vemos desorientación. Se ha llegado a la paradoja que la derecha se ha disfrazado de progresista y los progresistas están paralizados y han perdido la capacidad de ubicación política. En otros países no es dramático que la derecha gane las elecciones. Pero en Chile, la derecha que tenemos es la heredera de la dictadura y representante de los sectores acomodados y del gran capital. Si esto ocurriera sería
sólo la responsabilidad de quienes no han sabido gobernar, que no evitaron los actos de corrupción y se alejaron del pueblo, que les entregó su confianza. Creemos que ha llegado el momento de reaccionar y encontrar las ideas y los caminos de la unidad para generar una gran mayoría democrática y progresista que gobierne a Chile, para los próximos años. En este cuadro la CUT no puede quedarse sólo en la demanda sindical. Debe entrar a la cancha política, buscando incidir en la necesidad de construir un proyecto político y social que se inspire en el Chile Justo. Que retome la senda política al servicio del pueblo y se inspire en un desarrollo integral. Valoramos los pasos que se están dando para construir un acuerdo para las elecciones
municipales. Esto debería ser un primer paso en la conformación de un gran acuerdo político para las elecciones parlamentarias y presidenciales del año 2009. La experiencia del parlamento social y político encabezado por la CUT, y puesto en marcha en este mismo lugar el 20 de agosto del 2006 y replicado en varios puntos del país, ha demostrado que es posible encontrarse y trabajar juntos. Porque ha generado los espacios y los puntos de encuentro para que los sectores que lucharon por recuperar la democracia, hoy trabajen por un país para todos y todas. La política nos es que cada individuo o partido luche por sus propios intereses. La política es el arte de construir alianzas en torno a un proyecto común, que favorezca al desarrollo y el ejercicio de los derechos del pueblo. Si queremos Trabajo Decente, vivir en democracia y tener un Chile
justo, la CUT debe ser una organización activa, tanto en el plano político como sindical.
FORTALECIMIENTO DE LA CUT
Para estos desafíos debemos fortalecer el sindicalismo y su herramienta que es la CUT. Consecuente con ello, hemos ido construyendo al interior de nuestra Central la idea de la unidad en la diversidad. Hemos aprendido a trabajar juntos, los que pensamos distintos, aunque a veces se hace difícil. Hace algunos años la prensa se hacia un festín con la peleas internas de los sectores de la CUT. Nuestros procesos electorales servían más para debilitarnos que para fortalecernos y nos costaba demasiado ponernos de acuerdo para acciones comunes. El convencimiento de que ningún sector solo puede enfrentar la adversidad y que el futuro de los trabajadores nos exige un trabajo mancomunado, nos ha llevado a dar pasos serios en la consecución de la unidad real. El respeto a la diversidad de pensamiento, las lealtades entre quienes compartimos la lucha diaria,
las prácticas constructivas y la defensa de nuestras posiciones, sin creernos dueños de toda la verdad, hará que esta práctica que hemos realizado la dirección de la CUT, se pueda traspasar al movimiento sindical.
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Nuestras energías deben estar en los logros y no deben ser malgastadas en peleas internas. Las divisiones, querellas y descalificaciones, nos llevan la fragmentación, al descrédito y a la derrota. La unidad sindical nos hace invencibles, decía Clotario Blest. Pero esa unidad debe ser en torno a un proyecto común, donde compartamos objetivos y dentro de éste, podamos debatir con pasión pero con respeto. Debemos trabajar en la confianza y en la lealtad, sin tener que estar preocupado quien está a tu espalda. El adversario de los
trabajadores no está entre nosotros. Quien practique tal conducta de agresión interna no merece estar en nuestras filas. Se requiere abandonar la lógica de la pelea hacia adentro y orientar nuestras energías hacia el objetivo común. Los nuevos desafíos que nos impone la cambiante realidad de hoy nos exigen una organización sindical representativa de los diversos sectores de la producción y de los servicios. La ofensiva ideológica del neoliberalismo que busca destruir nuestras organizaciones y la dignidad humana, nos exige una férrea y real unidad.
En este congreso debemos reformar el estatuto para dar más agilidad a nuestros organismos de coordinación y acercar nuestras organizaciones a los trabajadores y trabajadoras. Pero eso no será suficiente si no logramos avanzar en más sindicalización, más unión y más acciones comunes.
Compañeras y compañeros, tenemos trabajo por hacer. Están claros nuestros objetivos, nuestras demandas y nuestra visión de país. No esperemos que otros lo hagan por nosotros. Es nuestro deber desarrollar todas nuestras capacidades y ser cada día mejores. Nuestro primer desafío después de nuestro Congreso, será llevar cabo un gran primero de mayo, en cada ciudad del país. Unitario, masivo, combativo. Pero por sobre todo, un primero de mayo donde nos hagamos escuchar. Y debemos evitar que aquellos oportunistas que se tapan la cara, vengan a aprovecha nuestro acto para aparecer en la opinión pública. Los sindicalistas hemos luchado siempre a rostro descubierto y aquí no tienen cabida quienes le hacen el juego a la derecha y a los
empleadores.
La democracia y el progreso de Chile dependen también de nosotros. Los derechos de los trabajadores y trabajadoras no pueden esperar. Fortalezcamos el sindicalismo y nuestra herramienta que es la CUT.
Asumamos nuestra responsabilidad como conductores sociales. El país somos nosotros. Chile somos nosotros.
Viva el pueblo. Vivan los trabajadores. Viva Chile.
Santiago de Chile, Abril del 2008
Estimadas compañeras, estimados compañeros: La Central Unitaria de Trabajadores heredera de la antigua CUT, se reconoce como representante legítima de las más profundas tradiciones de la clase trabajadora chilena. Inspirada en ellas, busca representar los anhelos y esperanzas de los hombres y mujeres de trabajo dehoy y mañana. Desde la fundación de la CUT y su refundación en agosto de 1988, hasta hoy ha pasado mucha agua bajo los puentes. Han sido años de victorias y derrotas. Años de dolor y de tristeza, de dictaduras yamarguras, de avances y retrocesos. De ponerse, pie para volver a empezar.
Pero aquí esta la CUT. De pie, en busca de su objetivo histórico de construir una sociedad justa, libre y más igual. En este nuevo contexto busca representar las aspiraciones de los trabajadores y trabajadoras ante las estructuras institucionales y políticas de la sociedad chilena. Una sociedad que se ha organizado para el servicio del gran capital, fomentando la concentración de la riqueza y profundizando las desigualdades sociales, la exclusión y la falta de oportunidades para amplios sectores del pueblo. En los últimos años, nos dimos la tarea de recuperar y de instalar al movimiento de los trabajadores organizados y ganar un espacio para nuestros derechos. No ha sido fácil volver a recoger el legado de lucha sindical de un sindicalismo que dio históricas batallas, pero que fue profundamente herido por la dictadura militar, la derecha golpista y el
imperialismo de la época.
Tampoco ha sido fácil enfrentar la avasalladora propaganda del modelo y de aquellos que querían hacernos creer que los cambios ocurridos, dejaban obsoleta la idea sindical y que señalaban que había que dedicarse a otra cosa. Hoy podemos decir que ni la fragmentación del trabajo, ni los intentos divisionistas, ha podido avasallarnos.
Aquí estamos otra vez, construyendo nuestro movimiento sindical y fortaleciendo nuestra herramienta que es la CUT. Aquí estamos dando pasos hacia la unidad real. Hacia la unidad en torno a un proyecto común para los trabajadores y trabajadoras de Chile. Se trata de una forma de mirar, sentir y pensar la sociedad en la cual a los hombres y mujeres de trabajo nos gustaría vivir. Un proyecto político sindical que no sólo busque reivindicar derechos laborales, si no también trabajar para construir una sociedad para todos y todas. Una sociedad donde el trabajo y las personas sean respetados y valorados, y donde la economía deje de ser un fin en sí mismo.
En un nuevo contexto histórico difícil y lleno de complejidades. Donde el capital es el amo y señor. Donde es más ciudadano el que tiene más para consumir. Donde la ideología del mercado pasa por sobre todo bien común y con su crueldad, atropella valores y principios y las personas pierden hasta su dignidad. Nuevamente, hemos empezado construir los sueños y esperanzas en los que se inspiraron quienes antes estuvieron. Bajo el lema de un Estado Democrático, Social y Solidario, nos hemos convocado esta mañana. Están aquí los representantes de los trabajadores de sur a norte de Chile, para hacer un debate que nos entregue elementos para crecer y fortalecernos. Para ser más eficientes en la consecución de nuestra agenda y comenzar a ganarnos un espacio en la sociedad. Para promover nuestra demanda por un Chile más justo, más solidario y más democrático.
La CUT es una organización sindical y política, y trabajamos por construir un sindicalismo socio-político, que asuma al trabajador en todo lo que lo afecta como miembro de la sociedad. Aspiramos a que cada uno de los trabajadores sea un ciudadano que ejerza plenamente sus derechos.
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Luchamos para que el trabajo y quien lo realiza sean respetados en su dignidad. Nuestro objetivo es el bienestar de los trabajadores y sus familias. Nos inspiramos en el trabajo decente, la negociación colectiva y la huelga. Porque son requisitos básicos para una verdadera democracia. Para ello, debemos impulsar los cambios que el país requiere para poder vivir en una sociedad más justa, más humana y más solidaria.
EN EL PLANO LABORAL
A pesar de algunos logros, no ha cambiado sustancialmente el cuadro de relaciones laborales, donde aún impera la cultura del autoritarismo y la negación de los derechos. La insistencia de algunos de imponer más flexibilidad laboral hasta hoy ha chocado con nuestro rechazo y han retrocedido en su afán. Pero debemos estar alerta y ratificar nuestra decisión de que el día que quieran atentar contra el fuero, las indemnizaciones o los horarios, la CUT sabrá responder con la huelga general. Las relaciones laborales se dan en un cuadro de prepotencia, maltrato laboral, bajos salarios, falta de libertad sindical y ausencia de una política distributiva de los beneficios que genera el trabajo.
El sector empresarial aún se siente amo y señor porque tiene en sus manos el dar y quitar el empleo y está protegido por poder político y la legislación. Debemos pasar a la ofensiva para exigir ahora una reforma para mejorar y ampliar la negociación colectiva. Debemos insistir en mejorar el seguro de desempleo. Fortalecer la ley de subcontrato exigiendo su plena aplicación y regular la proliferación de razones sociales, como también terminar con los despidos indiscriminados. Hemos valorado el pilar solidario de la reforma previsonal. Pero
insistiremos en la necesidad de evitar que entidades con fines de lucro sigan administrando los fondos de los trabajadores. Estaremos atentos a la puesta en marcha de la nueva Justicia Laboral. Porque ha sido también nuestro esfuerzo y nuestra lucha y esperamos que esta logre el objetivo de una justicia rápida, eficaz y gratuita para los trabajadores.
Una vez más, escuchamos quejarse a algunos empresarios de la agresividad que a veces se ha expresado en la lucha sindical. La violencia viene primero de aquellos que no escuchan e ignoran el justo reclamo de quienes están cansados de que los exploten. No se quejen tanto. Reaccionen a tiempo. Porque el que siembra vientos cosecha tempestades. Siempre hemos estamos y estaremos disponibles para el entendimiento. Pero a través de un diálogo franco con respeto y con clara intención de repartir mejor la riqueza que produce el trabajo.
Nosotros preferimos el diálogo pero cuando éste no existe o no tiene resultados, en necesaria y justa la movilización social. El desarrollo económico no puede estar basado en la explotación de la fuerza de trabajo ni construido con brazos y manos de obra barata.
PLATAFORMA DE LUCHA PARA PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA
Nos inspiramos en la democracia como sistema de gobierno y como forma de organización y de vida de la sociedad. Este es un principio básico. Porque cada vez que ésta ha estado amenazada o se ha perdido, los trabajadores hemos puesto nuestros mejores empeños por defenderla o recuperarla. En la consecución de este objetivo buscamos la profundización de la democracia para terminar con la exclusión política y social.
Trabajaremos por una nueva Constitución aprobada por plebiscito o referéndum, donde cada ciudadano vote informado y en conciencia. Seguiremos luchando por un sistema electoral más democrático y participativo.
Queremos un estado eficiente, democrático, transparente, solidario y con dimensión social. Lucharemos por mejorar la distribución del ingreso para terminar con las desigualdades entre los chilenos. Impulsaremos una reforma tributaria que grave la riqueza y a quienes extraen nuestras materias primas o contaminan. Lucharemos para que los servicios esenciales como el agua, la energía, el transporte, la educación, la salud y la seguridad social dejen de estar en manos de privados y para que el estado se responsabilice de entregarle a cada chileno esos bienes sin fines de lucro.
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EL CONTEXTO POLITICO ACTUAL
Para avanzar en los objetivos señalados se requiere de voluntades políticas como también de un mundo sindical con fuerza propia, profundamente comprometido con el país y con los derechos de cada ciudadano.
El contexto político en que se desenvuelve la vida del país es de un clima enrarecido, donde se expresan larvadas pugnas por el poder, tanto en el campo nacional como en la vida interna de cada unos de los partidos.
Chile requiere de una clase política moderna y actualizada. Que deje de buscar el poder por el poder. Hoy, ni la derecha ni la Concertación están a la altura de lo que el país requiere de su clase política. Cuando ésto ocurre es el pueblo y particularmente, los trabajadores los que sufren las consecuencias de la ausencia de un debate serio sobre los temas de fondo del país. Los trabajadores queremos caminar hacia una verdadera democracia.
Queremos partidos políticos como representantes legítimos de los ciudadanos.
La realidad política de Chile nos muestra otra cosa. Presenciamos una coalición gobernante que comienza a desmoronarse y que se aleja constantemente de las demandas de los sectores que por años han puesto su confianza en ella. Si hacemos esta crítica es porque no los da lo mismo quien gobierne el país. Pero más que Concertación hoy vemos desorientación. Se ha llegado a la paradoja que la derecha se ha disfrazado de progresista y los progresistas están paralizados y han perdido la capacidad de ubicación política. En otros países no es dramático que la derecha gane las elecciones. Pero en Chile, la derecha que tenemos es la heredera de la dictadura y representante de los sectores acomodados y del gran capital. Si esto ocurriera sería
sólo la responsabilidad de quienes no han sabido gobernar, que no evitaron los actos de corrupción y se alejaron del pueblo, que les entregó su confianza. Creemos que ha llegado el momento de reaccionar y encontrar las ideas y los caminos de la unidad para generar una gran mayoría democrática y progresista que gobierne a Chile, para los próximos años. En este cuadro la CUT no puede quedarse sólo en la demanda sindical. Debe entrar a la cancha política, buscando incidir en la necesidad de construir un proyecto político y social que se inspire en el Chile Justo. Que retome la senda política al servicio del pueblo y se inspire en un desarrollo integral. Valoramos los pasos que se están dando para construir un acuerdo para las elecciones
municipales. Esto debería ser un primer paso en la conformación de un gran acuerdo político para las elecciones parlamentarias y presidenciales del año 2009. La experiencia del parlamento social y político encabezado por la CUT, y puesto en marcha en este mismo lugar el 20 de agosto del 2006 y replicado en varios puntos del país, ha demostrado que es posible encontrarse y trabajar juntos. Porque ha generado los espacios y los puntos de encuentro para que los sectores que lucharon por recuperar la democracia, hoy trabajen por un país para todos y todas. La política nos es que cada individuo o partido luche por sus propios intereses. La política es el arte de construir alianzas en torno a un proyecto común, que favorezca al desarrollo y el ejercicio de los derechos del pueblo. Si queremos Trabajo Decente, vivir en democracia y tener un Chile
justo, la CUT debe ser una organización activa, tanto en el plano político como sindical.
FORTALECIMIENTO DE LA CUT
Para estos desafíos debemos fortalecer el sindicalismo y su herramienta que es la CUT. Consecuente con ello, hemos ido construyendo al interior de nuestra Central la idea de la unidad en la diversidad. Hemos aprendido a trabajar juntos, los que pensamos distintos, aunque a veces se hace difícil. Hace algunos años la prensa se hacia un festín con la peleas internas de los sectores de la CUT. Nuestros procesos electorales servían más para debilitarnos que para fortalecernos y nos costaba demasiado ponernos de acuerdo para acciones comunes. El convencimiento de que ningún sector solo puede enfrentar la adversidad y que el futuro de los trabajadores nos exige un trabajo mancomunado, nos ha llevado a dar pasos serios en la consecución de la unidad real. El respeto a la diversidad de pensamiento, las lealtades entre quienes compartimos la lucha diaria,
las prácticas constructivas y la defensa de nuestras posiciones, sin creernos dueños de toda la verdad, hará que esta práctica que hemos realizado la dirección de la CUT, se pueda traspasar al movimiento sindical.
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Nuestras energías deben estar en los logros y no deben ser malgastadas en peleas internas. Las divisiones, querellas y descalificaciones, nos llevan la fragmentación, al descrédito y a la derrota. La unidad sindical nos hace invencibles, decía Clotario Blest. Pero esa unidad debe ser en torno a un proyecto común, donde compartamos objetivos y dentro de éste, podamos debatir con pasión pero con respeto. Debemos trabajar en la confianza y en la lealtad, sin tener que estar preocupado quien está a tu espalda. El adversario de los
trabajadores no está entre nosotros. Quien practique tal conducta de agresión interna no merece estar en nuestras filas. Se requiere abandonar la lógica de la pelea hacia adentro y orientar nuestras energías hacia el objetivo común. Los nuevos desafíos que nos impone la cambiante realidad de hoy nos exigen una organización sindical representativa de los diversos sectores de la producción y de los servicios. La ofensiva ideológica del neoliberalismo que busca destruir nuestras organizaciones y la dignidad humana, nos exige una férrea y real unidad.
En este congreso debemos reformar el estatuto para dar más agilidad a nuestros organismos de coordinación y acercar nuestras organizaciones a los trabajadores y trabajadoras. Pero eso no será suficiente si no logramos avanzar en más sindicalización, más unión y más acciones comunes.
Compañeras y compañeros, tenemos trabajo por hacer. Están claros nuestros objetivos, nuestras demandas y nuestra visión de país. No esperemos que otros lo hagan por nosotros. Es nuestro deber desarrollar todas nuestras capacidades y ser cada día mejores. Nuestro primer desafío después de nuestro Congreso, será llevar cabo un gran primero de mayo, en cada ciudad del país. Unitario, masivo, combativo. Pero por sobre todo, un primero de mayo donde nos hagamos escuchar. Y debemos evitar que aquellos oportunistas que se tapan la cara, vengan a aprovecha nuestro acto para aparecer en la opinión pública. Los sindicalistas hemos luchado siempre a rostro descubierto y aquí no tienen cabida quienes le hacen el juego a la derecha y a los
empleadores.
La democracia y el progreso de Chile dependen también de nosotros. Los derechos de los trabajadores y trabajadoras no pueden esperar. Fortalezcamos el sindicalismo y nuestra herramienta que es la CUT.
Asumamos nuestra responsabilidad como conductores sociales. El país somos nosotros. Chile somos nosotros.
Viva el pueblo. Vivan los trabajadores. Viva Chile.
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